La leyenda o mito cuenta que en el campo santo de la cabecera municipal de entre las tumbas aparece el Charro Negro que ha espantado a más de uno de las personas que se atreven a caminar por el campo santo al filo de la media noche.

La leyenda o mito cuenta que en el campo santo de la cabecera municipal de entre las tumbas aparece el Charro Negro que ha espantado a más de uno de las personas que se atreven a caminar por el campo santo al filo de la media noche.
El encargado del cementerio, José del Carmen Ascencio narró «el charro negro, es un hombre robusto, alto, moreno claro y siempre veste como un charro. Trae un sombrero de esos redondos de dos pedradas y en sus botas tintinean sendas espuelas de plata que refulgían con la luz del sol».
Dijo que la gente que ha sido espantada acostumbran caminar por la orilla del campo santo, lo han visto salir de entre las bóvedas del mausoleo, escuchan cantar a capela y hace resonar su látigo sobre el pavimento, algunos murmuran que estaba loco y disimulan sus risas no fuera que los descubrieran y entonces sí, se las vieran con un loco furioso».