Villanueva.- A nueve años del fallecimiento de El Charro de México, Antonio Aguilar Barraza, su recuerdo sigue presente en los corazones de familiares y sus fieles seguidores, quienes se reunieron, como cada año, en el rancho El Soyate para conmemorar su noveno aniversario luctuoso.

Con misa y música de banda fue como se honró la memoria del cantante zacatecano, en la cumbre del cerro de San Cayetano, dentro de su rancho, ubicado en Tayahua, donde descansan sus restos desde el 21 de junio de 2007.
Sin importar el calor, desde temprana hora, seres queridos y público en general iniciaron la caminata hasta la cima para mostrar su admiración y respeto a la familia Aguilar.
Para encanto de los visitantes, fotos gigantes y carteles de los filmes del también actor adornaron el camino hasta la tumba de aquel que dijo: “Que me entierren con la banda”.
La ceremonia fue encabezada por su esposa, doña Flor Silvestre, sus hijos Antonio y Pepe Aguilar, y sus nietos, quienes agradecieron todo el cariño y palabras de afecto que recibieron.
Los caballos y jinetes no podían faltar para rendirle homenaje a El Charro de México, empezando por su nieto Leonardo Aguilar, quien se mantuvo toda la ceremonia religiosa montado, al pie de la cruz del cerro.
Al concluir la misa, Flor Silvestre caminó del brazo de sus hijos hasta la cripta familiar, para rencontrarse con su amado esposo, en un momento para el cual pidieron privacidad.
Pese a que apenas hace 15 días la cantante y actriz, de 85 años, tuvo una intervención quirúrgica, se mantuvo en pie y presenció todo el homenaje, con algunas dificultades para moverse.
Sin dar mayores detalles, Toño Aguilar reveló en entrevista que su madre fue sometida a una operación en la que le extirparon el bazo, pero que ya se encuentra en recuperación con un tratamiento.
Al concluir, Antonio y Pepe permanecieron unos minutos en el lugar para saludar a la gente, tomarse fotografías y autografiar sombreros, mientras la banda no dejaba de entonar los éxitos del intérprete de Albur de amor.