Dichos charros

ARMANDO FUENTES AGUIRRE ‘CATÓN’

Los dichos de los charros son una de las más ricas partes del refranero popular.

He aquí una brevísima selección de dichos usados en la charrería mexicana.

El beato fray Sebastián de Aparicio, antes de ser fraile y ser beato, se divertía mancornando toros bravos, es decir, los derribaba tomándolos con las manos por los cuernos.

Por eso se le considera uno de los fundadores de la charrería mexicana, y aunque no es santo, sino solamente beato, se le venera como patrono de los charros, y su protector.

Sin ser charro yo visito a fray Sebastián de Aparicio siempre que voy a Puebla. Está de cuerpo presente, incorrupto, en una capilla del bello templo de San Francisco.

Centenares de devotos lo visitan cada día, y en un cuaderno anotan sus peticiones.

Yo una vez escribí una, y se me concedió. Ahora tengo en la casa del Potrero un bello cuadro de Sebastián en el que aparece guiando una carreta, pues también es considerado fundador de la arriería en México, y el primer constructor de carros –y de caminos para ellos- en nuestro país.

Desde los tiempos de fray Sebastián de Aparicio ya se usaban en México algunos de los refranes y dichos que en seguida pongo:

A mí ningún buey me brama, y menos en mi ranchito.

– Al hombre jugador, y al caballo corredor, poco les dura el honor.

– Al gallo sin espolón, ni la gallina lo quiere.

– Barbiquejo en la nuca, pañuelito en el cuello, pantalón con rayita y anillo en el puro, pendejo seguro.

– Caballo, pistola y mujer, sólo el dueño ha de saber.

– Como caballo de circo: hasta la changa me monta.

– El andar a caballo a unos hace caballeros, a otros caballerangos.

– El caballo y la guitarra, según quien los agarra.

– El que presta la mujer pa’ bailar o el caballo pa’ torear,  no tiene derecho a reclamar.

– El que quiera ser buen charro, poco plato y menos jarro.

– Al que se deja, lo ensillan; al que lo ensillan, lo montan.

– Líbreme Dios de caballo mañoso, que yo me libraré del brioso.

– Sólo Dios es caporal, los demás son puros bueyes.

– Le gusta el trote del macho, aunque la zangoloteye.

– Gallo, caballo y mujer, por la raza has de escoger.

– Que Dios me libre de un rayo, de un burro en el mes de mayo y de un pendejo a caballo.

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