Lo que podría ser el origen del coleo o coleadero en México

Coleando un toro.

El primer registro escrito que se tiene en México es de 1586 por el Comisario General, el Padre Fray Alonso Ponce de Ciudad Real en un viaje que hizo a Guadalajara.

Los españoles no colean ni han coleado en el pasado, tampoco enseñaron a montar a nadie. Los nativos, como los indígenas, aprendieron solos, viendo a los demás.

De acuerdo a Juan Suárez de Peralta los jinetes de Mexico eran los mejores del mundo. Miguel de Cervantes hace mención de esto en su libro «Don Quijote de La Mancha».

Charros y Vaqueros no son cosas mutuamente excluyentes.

Charro se refiere a la persona y la cultura; Vaquero se refiere simplemente a un trabajo, uno de tantos trabajos que los Charros hacían.

«Todos los Vaqueros son Charros, pero no todos los Charros son Vaqueros». CA (1800’s)

Jinetes de México no hay otros. Menos los Moros de antes. Y vaqueros no hay como los Californios de antes también.

Ahora, en cuanto a los moros y mexicanos: muchos en el siglo XIX comparaban a los mexicanos con los árabes por su destreza ecuestre. Para aquel entonces arabe y moro eran lo mismo.

Los Charros de California o “Californio Vaquero” no eran diferentes al resto de los Charros de otros estados o regiones.

Hay que recordar que los que fundaron Los Ángeles o San Francisco eran gentes de Sinaloa y Sonora.

Otra cosa, la palabra “Californio” nunca se usó en el siglo XIX.

Otra cosa muy importante es que mucho de lo que se ha dicho sobre esos vaqueros de California han sido exageraciones. Por ejemplo el método que ahora se dice es el “Californio Vaquero way” para adiestrar caballos nunca existió.

En algunos libros del siglo XIX dicen que el método que usaban por allá era violento y bárbaro en donde inclusive llegaban a morir muchos caballos y duraba de una semana a tres meses.

Ahora se vende la idea de que eran muy diestros para amansar y entrenar caballos y que no los violentaban y que el entrenamiento duraba años.

En el libro «These Were The Vaqueros» de Don Arnold Rojas, un libro de cuentos. Fue un Vaquero que habla sobre lo que pasó en el condado de Kern en California.

Este señor se refiere a Álamos, Sonora como la madre de California. Sus padres y antepasados vinieron de ese estado. Y sí, también los de Sinaloa por la ruta que tomó Juan Bautista de Anza.

Los amansadores sobre los que habla este Señor fueron mexicanos o descendientes de los españoles.

Tomaban mucha precaución en su entrenamiento. Y Don José Jesús López, un mayordomo de El Tejón, no le gustaba que maltrataran a los caballos.

Lo interesante es que el Señor Rojas no detalla como amansaban caballos por allá. Solo menciona que eran muy buenos o los mejores.

Ahora muchos venden esa idea del “Vaquero way” o “Californio way” cuando en realidad nunca existió como lo describen ahora. De acuerdo a Don Domingo Revilla los mejores amansadores eran los del Mezquital cerca de la CDMX por que no maltrataban a los caballos.

Los peores eran los de Tamaulipas y Texas ya que hacían todo lo contrario. A estos también agregaría a los de California. Ahora bien si implementáramos estos métodos hoy en día, todos serían criticados incluyendo los del Mezquital.

Esto se debe a que estos métodos ya pasaron de moda, estaban diseñados para amansar caballos salvajes los cuales ya no son muy comunes.

Regresando a lo anterior, el coleo nace de la necesidad en las faenas y el trabajo con el ganado, cuando una res se apartaba del rebaño y no era enlazada, había que tumbarla y arrearla. Fray Alonso Ponce hizo el primer registro del coleo en México en 1586 durante un viaje a Guadalajara.

En su reporte describe que vio a un mozo criollo cazando toros con una garrocha para poderlos castrar.

Cuando el mozo trató de derribar el segundo toro con la garrocha no pudo y mejor lo agarró de la cola y lo derrumbó para así castrarlo.

Por cierto: el caballo mexicano fue considerado como una de las razas mas bellas del mundo… aunque ya no existe en México solo en Estados Unidos donde lo llaman “Mustang” ya que los mexicanos lo llaman Mesteño.

En el pasado lo llamaban “Mexican Mustang” o “Mexican Pony” y lo consideraban pequeño y feo. Irónicamente ahora es todo lo contrario lo consideran muy hermoso. De hecho todos los caballos criollos de América son pequeños ya que evolucionaron creciendo de manera salvaje. Hoy lo que llaman el caballo Azteca, surgió en los años 70’s mezclando caballos árabes con los cuarto de milla.

Los orígenes de los primeros caballos traídos a America, específicamente a Mexico, no todos eran exactamente esos caballos españoles que conocemos hoy en día muy grandes, de gran alzada y muy finos sino que más bien tuvieron que buscar caballos resistentes que pudieran resistir el viaje hasta America pues se tardaban un mes aproximadamente en llegar a las Islas Canarias y de ahí otro mes (quizá más) para llegar a las islas del caribe y en el viaje muchos caballos morían.

Por eso los españoles optaron en traer caballos de las marismas de Doñana muy cercano al río Guadalquivir. Estos caballos de Doñana no fue que fueron traídos por ser los más bonitos o de buena alzada sino por ser los más resistentes. Así lo menciona la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre y también el Señor Don Felipe Morenés y de Giles Marqués de Villarreal de Burriel.

Considerando lo anterior y sumando que tuvo que haber ocurrido cruzas que llevaron a la consanguinidad más aparte las dietas de los caballos que habitaron las partes desérticas y tuvieron una dieta muy pobre desde en el vientre de las yeguas pues los caballos mesteños fueron de poca alzada y no muy llamativos o musculosos.

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