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Por Redacción

La charrería es considerada como el deporte nacional de México, una tradición que se remonta a la época colonial y que representa la cultura y la identidad de los mexicanos.

Sin embargo, esta actividad se ha visto afectada por el problema de la inseguridad que se vive en el país, especialmente en el estado de San Luis Potosí, donde se han registrado varios casos de robos, extorsiones y amenazas contra los charros y sus familias.

Según datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, correspondiente al mes de junio de 2021, San Luis Potosí se encuentra entre las diez ciudades con mayor percepción de inseguridad en México, con un 81.4 por ciento de los encuestados que consideran que vivir en su ciudad es inseguro.

Además, el 62.7 por ciento de los potosinos mayores de edad señalan haber sido víctimas de corrupción por parte de alguna autoridad de seguridad pública.

Estas cifras reflejan la situación que enfrentan los charros potosinos, quienes han denunciado que son blanco fácil de la delincuencia debido a que poseen caballos, camionetas y remolques de alto valor.

Algunos han sido asaltados en las carreteras cuando se trasladan a las competencias o a los entrenamientos, otros han recibido llamadas telefónicas para exigirles dinero a cambio de no hacerles daño o de no robarles sus animales.

Ante este panorama, la Charrería ha expresado su preocupación y su solidaridad con los charros afectados, y ha solicitado a las autoridades estatales y federales que implementen medidas efectivas para garantizar la seguridad de los practicantes de este deporte y de sus familias.

Asimismo, ha pedido a los charros que denuncien cualquier acto delictivo del que sean víctimas o testigos, y que se mantengan unidos y alertas ante cualquier amenaza.

La charrería es más que un deporte, es una forma de vida que implica valores como el respeto, la lealtad, el honor y la valentía.

Por eso, los charros no se dejarán intimidar por la inseguridad y seguirán practicando su pasión con orgullo y dignidad.

Sin embargo, también es necesario que las autoridades cumplan con su responsabilidad de brindar seguridad y justicia a los ciudadanos, y que no permitan que se pierda una tradición tan arraigada y tan querida por los mexicanos.